El orgullo de la Ciudad de las Primicias

Si bien la historia del Pase del Niño Rey de Reyes tiene un inicio formal en 1797, ese año marca probablemente el hito más importante de la ciudad de Riobamba, severamente golpeada por un sismo.
A las 12:30, del 4 de febrero de 1797 la tierra tembló en serio. Se produjo un terremoto de 8,3° de magnitud, el segundo más fuerte de los registrado en el Ecuador (el más fuerte sucedió en la norteña provincia del litoral de Esmeraldas, tuvo una magnitud mayor a los 9°).
Los datos más fiables son los recogidos por el científico alemán Alexander von Humbolt, quien visitó la zona pocos años después.
Entre los destrozos originados por el terremoto y otros provocados por deslizamientos de tierra se estima que hubo “hasta 40.000 muertos”, cuando la población no habrá sido mayor a los 100.000 habitantes.
 Era Riobamba, entonces, una ciudad importante en la Real Audiencia de Quito, como lo fue antes de la invasión Inca y como también ha sido desde que el Ecuador es República.
Fue la capital de la etnia puruhá que ocupó del territorio actual de las provincias de Chimborazo, Tungurahua, Bolívar y parte de Cotopaxi. Fue una de las principales culturas de la Sierra y se desarrollo como comunidades independientes que se aliaban en caso de riesgo grave.
Sufrieron, luego, dos invasiones: la de los incas (vale a notar que la madre del Inca Atahualpa era puruhá, Duchicela). A parte de Tomebamba (Cuenca) que era una de la cuatro capitales del incario, la segunda principal ciudad del Antisuyo fue Riobamba, conocida en el pasado como Liribamba o Ricpamba.
Pedro Cieza de León fue un cronista español que viajó todo el Callejón Interandino en el siglo XIV (Nueva Biblioteca del Perú, 1988). En “Crónicas del Perú” dice que “Todo lo cual que tengo escrito pasó y se concertó en los aposentos y llanura de Riobamba, de que ahora trato. También fue aquí donde el capitán Belalcázar, que, después fue gobernador de la provincia de Popayán, tuvo una batalla con los indios bien porfiada, y a donde, con muerte de muchos de ellos, quedó la victoria con los cristianos, según se contará más adelante”.
En el capítulo “Que trata lo que hay que decir de los más pueblos de indios que hay hasta llegar a los aposentos de Tumebamba”, anota lo que sigue: “Estos aposentos de Riobamba ya tengo dicho cómo están en la provincia de los Puruaes, que es de lo que bien pobado de la comarca de la ciudad de Quito, y de buena gente; estos andan vestidos, ellos y sus mujeres. Tienen las costumbres que usan sus comarcanos, y para ser conocidos traen su ligadura en la cabeza, y algunos o todos los más tiene los cabellos muy largos mismo. Adoran al sol, hablan con el demonio los que entre todos escoge por más idóneos para semejante caso, y tuvieron, y aún parece que tiene, otros ritos y abusos, como tuvieron los incas, de quien fueron conquistados”.
Riobamba fue fundada como producto de una carrera. En la desesperación por el poder por parte de los españoles (en una ambición por oro que poco se ha visto), Pedro de Alvarado partió de sus dominios en Centroamércia para apropiarse de estas tierras en las que, suponían, habría tantas riquezas cuantas quisieran saciar. Pero, Gonzalo Pizarro, acantonado en el Cuzco, no quiso que eso pasará y mandó a Diego de Almagro a apropiarse del norte: esta tierra y todo lo que estuviera encima y debajo de ella sería del que llegara primero.

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Llegó primero Almagro y sin dilación erigió la ciudad Santiago de Quito el 15 de agosto de 1534, que después se llamaría San Pedro de Riobamba; sucedió cerca de la laguna de Colta, en el corazón del Ecuador. Ahí quedó como una urbe bien servida, de buen prestigio y de correcta dominación. Alrededor de los españoles y de los criollos acaudalados, que se repartieron porciones enormes de tierra, se esclavizó a una enorme población indígena, que estuvo sometida hasta bien entrado el siglo XX.
Entonces comienzan las explicaciones de por qué es conocida como la ciudad de las primicias. En los alrededores se descubrió el que se conoce como “cráneo de Punín” que es la más vieja osamenta hallada en Ecuador y que data de hace 5.000 años. Fue la primera ciudad española en el Ecuador, la que tuvo el primer cabildo y la primera iglesia, los primeros conversos y el primer escudo nobiliario, al punto que el Padre Juan de Velasco, el primer historiador también riobambeño, escribió: “…en 1.623, por Real Cédula muy honorífica del Señor Felipe IV, concédele al cabildo tantos privilegios y gracias que lo hizo una de las más ilustres del reino, dándole a la Villa los títulos de Ciudad Muy Noble y Muy Leal de San Pedro de Riobamba, y por escudo de armas una cabeza atravesada de dos espadas al pie de la custodia del sacramento”.
Aquí hay una pausa con el terremoto ya descrito. La nueva ciudad se construyó en la cercana llanura de Tapi. Pedro Vicente Maldonado, al tanto, se convirtió en el primer científico ecuatoriano.
Fue, luego, protagonista de las guerras que liberaron a América de la tiranía española y, sobre todo, fue la sede de la redacción y puesta en vigor de la Primera Constitución del Ecuador en 1830.
Tuvo un desarrollo sin sobresaltos hasta inicios del siglo XX, cuando terminó la construcción del ferrocarril que unión dos regiones naturales tradicionalmente aisladas, Riobamba fue la bisagra de la relación entre la costa y la sierra; hubo una explosión de riqueza que benefició a los criollos acaudalados pero hubo espacio suficiente para los mestizos, mientras los indígenas seguían estando lejos de cualquier consideración humana.
Más primicias: se había abierto el primer convento, fue aprobada la creación de la primera congregación religiosa ecuatoriana y los extranjeros que vinieron entusiasmados por el ferrocarril fundaron, en 1924, la primera ciudadela: Bellavista.
Aquí se produjo la primera insurgencia femenina; se construyó el primer tranvía, el primer hipódromo y el primer estadio; comenzó a transmitir la primera radioemisora, se llevó a cabo la primera grabación de música, las primeras olimpiadas, la primera feria agropecuaria. Todo fue primero en Riobamba.
Sin embargo, sucedió una crisis financiera en 1926 que empujó a muchas familias a dejar la ciudad y el país y que provocó un estancamiento que duró las siguientes cuatro décadas.
Plano Riobamba antigua.jpgProbablemente lo más relevante que sucedió después fue el apostolado de monseñor Leonidas Proaño, que incitó a los indígenas a liberarse definitivamente de una serie dolorosa de yugos, hasta hoy se nota cómo las relaciones sociales, económicas y políticas han cambiado mucho más a nivel rural que dentro de la capital de la provincia.
Hoy ha entrado en una nueva dinámica, a la que ha sumado el turismo, alentada por la cercanía del Chimborazo, el punto de la tierra más cercano al sol, además de otras tantas maravillas turísticas. Y sí, uno de esos atractivos es el Pase del Niño Rey de Reyes, un evento extraordinario que muestra hasta dónde ha llegado la evolución de un rito religioso atado indivisiblemente a una fiesta popular.

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